La primavera está a la vuelta de la esquina. Los días empiezan a alargarse y podemos disfrutar más del Sol, pero también los cambios bruscos de temperatura se acentúan: un día hace frío, al otro calor, un día sopla el viento, al otro ya no… Da lugar, así, una de las épocas más inestables del año, climatológicamente hablando.
Todo ello puede hacer que bajemos la guardia fácilmente y nos confiemos a la hora de abrigarnos y desabrigarnos. Si a esto le sumamos las molestas alergias que ya empiezan a brotar, sin duda estaremos poniendo en alerta roja a nuestro sistema inmune.
Es muy fácil experimentar una bajada de nuestras defensas en esta época del año y provocar sin querer que resfriados u otros problemas respiratorios hagan su aparición estelar. Por eso es importante seguir una serie de pautas que nos ayuden a prevenir estas situaciones.
¿Qué hacer para prevenir una posible bajada de defensas?
Algunas de las pautas que podemos seguir para evitar que nuestro sistema inmune se debilite son:
- No llegar al punto de pasar frío ni calor: Los momentos del día en los que más refresca, por norma general, son a primera hora de la mañana y hacia el atardecer; pero si bien es cierto que las temperaturas ya no son tan frías como en pleno inverno. Aun así, será importante que nos aprovisionemos de un buen atuendo de abrigo que permita aislarnos del frío pero sin llegar a hacernos entrar en calor excesivo.
Desde el mediodía hasta entrada la tarde, podremos vestir con prendas más ligeras, sobre todo en días soleados. En aquellas jornadas en las que predomine la nubosidad, será preferible que elijamos prendas de abrigo.
Lo importante será encontrar el término medio entre frío y calor. Una buena opción será vestirnos “a capas” de manera que podamos desabrigarnos y volvernos a abrigar en la medida en la que lo veamos necesario, pero siempre sin llegar a pasar frío o calor extremos.

- Cuidar nuestra alimentación: Como ya hemos comentado en varias ocasiones, es importante que mantengamos una dieta saludable para que nuestro sistema inmune se vea reforzado y nuestra maquinaria funcione correctamente.
Cada caso debe atenderse de manera particular, pero en términos generales, debemos tener una idea clara del que debe ser nuestro plan de alimentación diario. Un buen recurso para ayudarnos a saber qué debe incluir nuestra dieta, es seguir las directrices del plato de Harvard. En él podemos ver con claridad y de una manera global todo lo que debe contener nuestro plato para comer de forma saludable.
- Realizar ejercicio físico regular: Se ha demostrado en varios estudios que el fortalecimiento del sistema inmune está estrechamente ligado al fortalecimiento de nuestro cuerpo, por lo que el ejercicio físico realizado de manera regular nos ayudará a mejorar nuestras defensas. Eso sucede, entre otras cosas, porque al realizar ejercicio ayudamos a eliminar las bacterias que se depositan en nuestras vías respiratorias, por lo que reducimos las probabilidades de contraer un resfriado. Además, cuando nos movemos de manera activa generamos anticuerpos, lo cual todavía fortalece más nuestro sistema inmunológico.

- Vigilar nuestro descanso: Dormir no solo es crucial para recuperarnos después del ejercicio y la actividad física diaria, sino que es fundamental para mejorar nuestras defensas. Cuando dormimos nuestro sistema inmune se regenera, lo que le permite estar preparado para combatir virus, toxinas, gérmenes, etc., evitando que enfermemos. La media de sueño diaria recomendada es de 8 horas, pero también podemos descansar de forma activa con ejercicios de relajación y/o meditación.

- Recurrir a remedios naturales: El ritmo de vida diario, una dieta poco pautada o la falta de descanso pueden hacer que nuestras defensas caigan en picado. Por eso, no está de más curarnos en salud y apostar por suplementos alimenticios de origen natural que nos ayuden a complementar nuestra dieta y las posibles carencias derivadas de la misma. En este orden de cosas, podemos destacar varios productos de éxito en el mercado como:
- Optim Immunity: Este innovador complemento alimenticio aporta todos los nutrientes esenciales que nuestro sistema inmunitario necesita: vitamina C, vitamina D3, zinc, selenio y beta-glucanos de levadura. Sus ingredientes son 100% de origen vegetal y, además, es apto para personas veganas e intolerantes al gluten y/o a la lactosa.

- Alternativ’aroma – Defensas-Invierno: Es un complemento alimenticio a base de aceite virgen de perilla y aceites esenciales de ravintsara, niaouli, ajowan, laurel noble, orégano, canela, clavo de olor y pomelo 100% orgánicos. Este completo suplemento es capaz de reforzar nuestro sistema inmunológico y evitar así resfriados, gripe y otros problemas respiratorios.

- Optim D3: Es un suplemento alimenticio en forma de aceite vegetal con aroma a coco, rico en vitamina D3 100% natural obtenida a partir de liquen silvestre cosechado en Canadá. Recientes estudios demuestran que existe un déficit muy acusado de vitamina D en la población, por lo que resulta imprescindible su consumo para mejorar de manera óptima la función del sistema inmune.

- Acerola Bio 1000 de Salvia: Es un complemento alimenticio a base de acerola pura que contribuye al funcionamiento normal del sistema inmunitario, gracias a su gran aporte de vitamina C. Es ideal en periodos de debilidad o agotamiento o en cambios de temporada en las que somos más vulnerables a infecciones.

Como hemos podido comprobar, es crucial que mantengamos unos buenos hábitos para prevenir que nuestras defensas decaigan y evitar contraer enfermedades típicas de este cambio entre estaciones.