Si hay algo que tenemos claro a día de hoy es, sin lugar a dudas, la importancia de la salud intestinal para nuestra salud general.

El estado de nuestra microbiota impacta directamente en nuestro organismo, de manera que, si disfrutamos de una microbiota favorable, tendremos más posibilidades de gozar de buena salud. Por el contrario, si nuestra microbiota se compone de bacterias pro-inflamatorias seremos más propensos a sufrir enfermedades y alteraciones intestinales.

Por tanto, será importante siempre buscar la manera de mantener una microbiota equilibrada a través de una alimentación sana y unos hábitos de vida saludables.

¿Qué bacterias son beneficiosas para nuestra microbiota?

Lactobacillus, Bifidobacterium, Propionibacterium freudenreichii, Prevotella Eubacterium, Roseburia y Faecalibacterium son algunas de las catalogadas como “bacterias buenas” para nuestra microbiota intestinal, las cuales provienen principalmente de alimentos fermentados como las verduras, lácteos, etc.

Gracias a estas bacterias se generan en nuestro intestino AGCC (ácidos grasos de cadena corta), los cuales tienen propiedades muy beneficiosas para nuestro organismo. Los AGCC por excelencia son el acetato, el propionato y el butirato.

Ácidos grasos de cadena corta y salud intestinal

Los ácidos grasos de cadena corta se producen a través de la fermentación de la fibra dietética por parte de la microbiota intestinal. Algunos permanecen en el intestino, pero otros acaban viajando por todo el organismo cumpliendo con diferentes funciones.

El ácido butírico, por ejemplo, actúa como fuente de energía para las células que se encuentran en el colon. Interviene en el  trofismo de la mucosa intestinal, mejora su permeabilidad y tiene efectos antiinflamatorios a nivel local.

El ácido propiónico, además de tener propiedades antiinflamatorias, regula la adipogénesis, por lo que ayuda a reducir los niveles de colesterol y glucosa.

Son numerosos los estudios que apuntan a que estos AGCC tienen un impacto directo en nuestro sistema inmune, ya que sus efectos antiinflamatorios ayudan a impulsar la diferenciación de las células T reguladoras.

Por ello, podemos decir que, tanto el ácido butírico como el propiónico, son claves en la salud intestinal y sus efectos beneficiosos se trasladan a todo el organismo.

El papel de los postbióticos

Los postbióticos son metabolitos producidos por las bacterias probióticas con efectos positivos a nivel intestinal (antiinflamatorios, antimicrobianos, de mantenimiento de la barrera intestinal y de alteración favorable de la microbiota) y a nivel sistémico (antioxidantes, hipercolesterolémicos, antihipertensivos…).

Hay diferentes tipos de postbióticos: vitaminas (K y grupo B), aminoácidos (triptófano, tirosina y fenilalanina), péptidos antimicrobianos (defensinas y bacteriocinas), neurotransmisores (GABA, serotonina, acetilcolina) y, los ya nombrados, ácidos grasos de cadena corta (acetato, propionato y butirato).

¿Dónde encontramos butirato y propionato?

El butirato de por sí se encuentra en los alimentos pero en poca cantidad (alimentos como la mantequilla o el Ghee contienen butirato, así como la leche materna humana). No obstante, el butirato se puede sintetizar en nuestro intestino a partir de la fibra presente en algunos alimentos como: tubérculos, legumbres, queso, cereales integrales, frutas, hortalizas, verduras, semillas…

El propionato, por su parte, se genera en el intestino a partir de algunas cepas de bacterias como la llamada Propionibacterium freudenreichii. Este fermento lácteo es popular porque se utiliza en la maduración de los quesos suizos tipo emmental o appenzeller, que le otorgan esos característicos agujeros. 

Sinergia butirato-propionato

Como hemos visto, tanto el butirato como el propionato son postbióticos claves en la regulación del tránsito intestinal gracias a su capacidad osmótica y control del pH intestinal. Por eso conviene siempre seguir una dieta adecuada que nos facilite el aporte de estos ácidos grasos.

No obstante, es muy común sufrir alguna vez disbiosis intestinal, situación en la que nuestra microbiota se encuentra alterada.

Por este motivo, resulta de interés aportar herramientas dietéticas que nos ayuden a reequilibrar de nuevo la microbiota intestinal a partir de la combinación de dos complementos alimenticios pioneros en el mercado como Butycaps® y Optim Propionibacter:

  • Butycaps® es un complemento alimenticio a base de butirato que ayuda a fortalecer el sistema intestinal. El butirato puede ayudar a la función de la barrera intestinal, la motilidad intestinal y favorecer una microbiota equilibrada.

Butycaps® lo encontramos en formato sobres  a base de butirato microencapsulado, una innovadora tecnología que permite una liberación lenta y gradual de ácido butírico a lo largo del intestino. Su versión en cápsulas blandas de gelatina hace que sean fáciles de tomar, asegurando una liberación efectiva de butirato.

  • Optim Propionibacter, a base de Propionibacterium freudenreichii, ayuda a promover el equilibro de la microbiota y a regular el tránsito intestinal. Es considerado uno de los pocos simbióticos del mercado, ya que actúa como probiótico, prebiótico y postbiótico simultáneamente.